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Área de influencia de las lenguas yungas

Las Lenguas Yungas se extendieron por casi todo el norte del Perú, desde Tumbes hasta la ciudadela de Paramonga (norte del departamento de Lima) o quizás Lima. Su mayor extensión en cuanto a hablantes fue con la expansión de la cultura Chimú (presumiblemente hablaban el Quingnam) que floreció entre los siglos XII y XV.

El vocablo "yunga" tiene su origen en el idioma runa shimi, en donde el significado de esta palabra es "valle cálido", que alude a una región natural con características climáticas particulares.

 
     

Origen de las lenguas yungas

Según, Jorge Zevallos Quiñononez, en su obra Toponimia Preincaica en el Norte del Perú (1944), "en el norte del Perú hubo, sin duda, el fenómeno que llaman los arqueólogos 'marea de culturas'.."

Los indicios que prueban la existencia de un intercambio cultural entre los pueblos que habitaban el norte peruano y los de Ecuador, Colombia y la región de Centroamérica, se basan, principalmente, en la existencia de una serie de toponimias.

El mismo Jorge Zevallos dice que "no puede llamarse puro azar la abundancia correspondiente toponímica que existe en el norte del Perú y otras tierras lejanas. Obedece a antiquísimos parentescos étnicos y culturales entre los pueblos que los produjeron y utilizaron..", haciedo notar que ciertos vocablos tienen similitudes entre los idiomas centroamericanos y los del norte peruano: palenque, es sitio de México y de Ecuador; bulbul, de Centroamérica y Colombia; bulubulo, de Ecuador y bulibuyo de La Libertad (Perú); chuscón, cuemal y quemal, toponimios de Chachapoyas (departamento de Amazonas), parecen propios de Yucatán (México)

Jequetepeque, cuyo terminal tepeque o tepec parece tener semejanza con los nombres mexicanos.

Etén, palabra que tiene semejanzas maya-quiché en la parte de y la et partícula en, que es plural mochica. Semejante son los nombres de Chep-en, Chot-en, Celend-en (hoy Chota y Celendín). Simbal, Usquil, Motil y Tumbes son otras designaciones de lugares geográficos en lengua yunga.

 
     

Leyendas que explicarían el origen de las lenguas yungas

Dos son las leyendas de la costa norte del Perú que hablan de personajes míticos venidos de lugares desconocidos, tales son la de Ñam-Pallec o Ñam-Paxillaec, que narra el origen de la cultura Lambayeque; y, la de Tacaymano o Taycanamo, que narra el origen de la cultura Chimú. Ambas leyendas hablan de un fundador mítico que provino del mar acompañados por una numerosa corte con gente especializada en diversas materias. En el caso de la leyenda de Ñam-Pallec se menciona que vino del sur (se puede pensar que fueron navegantes polinesios los que arribaron a estas costas, tal como lo explica Rivet), acompañado por Pituzofi, Niñacola, Niñangintue, Fonga, Occhocolo, Xa-muchec, Ollopcopoc y Llapchillulli, todos ellos bajo su servicio.

 
     

Topónimos yungas

La toponimia es el conjunto de nombres propios de un lugar. La Toponimia estudia el significado de los nombres propios de un lugar. Sobre esta base se sustenta la idea del origen foráneo de las lenguas "yungas".

A continuación se presentan una serie de palabras, tal como se aprecian, no tienen ninguna semejanza con el Runa Shimi ni con las lenguas Aru:

 
     
Pucala en Chiclayo, Lambayeque
Loja cerro en Olmos, Lambayeque
Tangaralá en Piura
Julcán en La Libertad
Achira-Mayo en Santa Cruz, Cajamarca
Cocan caserío en Cajamarca
Collotan cerro en Cajamarca
Illimo distrito y pueblo al norte de Lambayeque
 
     

Cuando el Inca Túpac Yupanqui invadió la región de los reinos yungas, la política cusqueña de quechuizar el imperio se puso de manifiesto, pero quedó trunca a la llegada de los españoles.

Producto de esa política se crearon una gran cantidad de toponimias "yunga-quechua", como las que se muestran a continuación:

 
     
Naubamba Yalupampa Occhapampa
Cultambo Suculpampa Chiribamba
Quimjalca Paitapampa Ayamloma
 
     

 
     

A esta lengua también se le denominó "yunga". Se hablaba entre los valles cálidos de la costa norte peruana, desde Chicama hasta Mórrope y desde Frías a Huancabamba. Se piensa que fue la lengua materna de los mochicas.

 
     

 
     

Esta lengua era hablada en el extremo norte del territorio peruano, teniendo como área geográfica los valles de Tumbes, Chira y Piura.

Era hablada por los Tumpis y por los Tallanes, cultura, esta última, en donde los jefes de los clanes estaba dirigida por una mujer siendo el matriarcado una práctica común, tal como lo hacen saber las crónicas narradas por españoles.

 
     

 
     
Este idioma era hablado por los antiguos reinos de Cuismanco y Huamachuco, (ubicados estos dentro de la periodificación correspondiente al Intermedio Tardio).

Su área de influencia era local, principalmente en la parte occidental de los Andes del Norte, logrando influenciar sobre los actuales departamentos de Cajamarca, La Libertad y Ancash; incluso, se supone que su influencia llegó hasta los departamentos de Amazonas y San Martín (espacio ocupado por la cultura conocida como Chachapoyas)

 
     

 
     

Se hablaba a partir del sur del valle de Chicama (La Libertad) hasta el valle de Paramonga (Lima).

Era la lengua hablada por los hombres de la cultura Chimú; por tal motivo, es de suponer que el área geográfica de esta lengua abarcaba desde La Libertad hasta Lima, puesto que esta fue la extensión lograda por los chimús en su máximo apogeo antes de ser conquistados por los cusqueños.

Otros estudios proponen que los chimús lograron influenciar por toda la costa norte del Perú, en donde se incluye los departamentos de Lambayeque y Piura, y en menor medida en Tumbes.

 
     

¿Qué ocurrió con las lenguas yungas?

El Inca Túpac Yupanqui, logró doblegar a todos los reinos "yungas" ubicados en los andes y costa norte del Perú anexándolos al Tahuantinsuyo; pero aún así continuarían manteniendo sus usos y costumbres y, por supuesto, sus lenguas.

A la llegada de los españoles, estos reinos lucharon al lado de los españoles en contra del Tahuantinsuyo. Casualmente, los ibéricos confundieron región natural con gentes e idiomas, quedando denominado por ellos "yungas" a los hombres y "lenguas yungas" a los diversos idiomas hablados en el norte peruano. A fines del virreinato quedaban muy pocos hablantes de estas lenguas.

Lamentablemente, todas estas lenguas han desaparecido junto con sus gentes. No brotaron dialectos mestizos con el castellano (como ocurrió en respecto al Runa Shimi). Por lo tanto, las únicas fuentes con las que se cuenta para saber de su existencia son la onomástica y la toponimia.

 
     

Registros de la lenguas yungas

Se conocen muy pocas fuentes para el estudio de las lenguas yungas. En 1644, el cura De la Carrera Daza escribió datos referentes a estas lenguas (principalmente la hablada en la costa norte, suponemos el culli), en esa fecha probablemente las lenguas yungas eran habladas por unas 40 000 personas.

El cronista Calancha se refiere que "al lado de la lengua principal (refiriéndose al Runa Shimi) existió la de los pescadores" manifestando que "más parece lengua para el estómago que para el entendimiento: es corta, oscura, gutural y desabrida", siendo otro dato interesante puesto que esto nos indica que estas lenguas, denominadas "yungas", coexistieron junto con el castellano muchos años después de terminada la conquista del Tahuantinsuyo.

Años más tarde Federico Villareal, teniendo como base los escritos de De la Carrera, indaga y recupera palabras yungas en las localidades de Etén y Monsefú (norte del Perú). Posteriormente, Rafael Larco Hoyle publica el libro "Los Mochica" en donde incluye un vocabulario de 174 voces yungas recopiladas por fuentes propias en los valles de la costa norte del Perú.