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Orígenes de las lenguas aru

Los antecedentes de las lenguas de la familia aru (Cerrón Palomino, Alfredo Torero) o jaqui (Martha Hardman), a la cual pertenecen el aymara, el kawki y el jaqaru, se encuentran anexados o relacionadas con el posible primer imperio surgido en tierras peruanas: Wari (Ayacucho); que, por los estudios realizados por diversos investigadores, se supone hablantes del idioma aymara.

Para definir el origen de estas lenguas tomaremos la versión de la lingüista norteamericana Martha Hardman quién supone que estas lenguas se desarrollaron a partir de la lengua que a denominado Proto-Jaqui, la misma que se mantuvo muchos años en la región andina. Promediando el año 400 d. C. el Proto-Jaqui se escinde en dos segmentos, los cuales darían origen a dos lenguas: jaqaru y aymara-kawki, la primera se mantuvo casi intangible hasta nuestros días, pero la segunda nuevamente se escinde en dos ramales, aproximadamente en los años 700 d. C., dando como resultado al jaqaru y al aymara, lenguas bien definidas pero con un tronco ancestral común.

 
     

"Hermanación" entre las lenguas aru

Según los datos recogidos Alfredo Torero respecto al origen y relación ancestral entre estas lenguas es la versión histórica y mítica que supone que la nación de los Waris y una nación denominada Llákwash (presumibles hablantes de Jaqaru) habría existido una relación de hermandad. Esta "hermanación" se entiende que fue por parte de las lenguas surgidas de un solo tronco común (tal como lo hicieron el español, francés, italiano y portugués, del latín) y, además, se hallaba reforzada por los lugares míticos de origen (paq'arina) puesto que cada grupo humano y sus dioses se habrían originado de un mismo lugar: mientras a los Llákwash los creó Liviac (rayo), a los waris los creó Inti (sol), pero tanto el rayo como el sol nacieron en el lago Titicaca (entre el departamento peruano de Puno-Perú y el de La Paz-Boivia).

Al parecer entre "waris" y "llákwash" habría habido una una especie de "simbiosis", puesto que mientras los primeros eran expertos agricultores, los segundos se dedicaban al pastoreo en las altas punas, de esta manera aseguraban una relación comercial entre ellos con los productos necesarios para su subsistencia mediante el intercambio o trueque. Es más, esto último, aseguraba una "demarcación territorial" tácita, mientras que los "llákwash" vivían en las montañas, los "waris" lo hacían en el fondo de los valles.

 
     

La cultura Wari y su relación con las lenguas aru

áa comprender el origen, apogeo y decadencia de las lenguas aru o jaqui.

En la región de Huanta (Ayacucho) existía un grupo humano, los Huarpas, influenciado cultural y económicamente por la cultura Nasca; y política y religiosamente por la cultura Tiahuanaco (Ubicados en el Periodo Intermedio Temprano, según la cronología de John H. Rowe, periodo que se inicia 200 a. C. y culmina 500 d. C.).

Los hombres de esta cultura tomarían de la primera sus características artísticas y de la segunda su dios y religión como base de su organización ideológica. Gracias a estos aportes se consolida una nueva nación con un afán expansionista: Wari (ubicada en el Horizonte Intermedio, situado cronológicamente entre los 500-900 d. C.). Los waris conquistarían otras naciones vecinas, incluso a la mismas Nasca, alcanzando pronto los centros culturales y religiosos norteños más importantes de la época Chincha, Pachacamac, Chavín, Moche, Cajamarca; por el sur logran extender sus límites hasta el río Sihuas (Arequipa), no intentarían conquistar territorios tiahuanaquenses, por cuestiones netamente "religiosas".

Así, mientras más se extendía el territorio los waris extendían su dios, sus costumbres, su arquitectura y, por supuesto, su lengua (aymara) y la de los llákwash (jaqaru y kawki).

Han transcurrido muchos años y los waris se han debilitado. Las sequías se han prolongadas en la sierra central y sur, hábitat original de los waris. Esto obligó a los hombres a abandonar sus ciudades, entre ellas la capital: Wari, dirigiéndose a lugares más prósperos.

Muchos de los enclaves waris también fueron abandonados o tomados por los hombres de las naciones sometidas, otras quedarían habitadas pero aisladas como una especie de "islas". Otras naciones más poderosas las tomarían bajo su dominio y, muchos años después serían anexadas al Tahuantinsuyo, pero mantendrían sus costumbres, usos e idiomas de origen wari y llákwash.

Con la conquista española, muchas de estas "islas" desaparecerían debido al aniquilamiento de sus hombres o traslado de sus comunidades a sitios distantes. En la república estos lugares quedarían abandonados y perdidos en el tiempo y el espacio.

 
     

Comparación lingüística

Con la finalidad de encontrar diferencias y similitudes entre las lenguas aru es que se ha elaborado el cuadro que presentamos a continuación:

Castellano
Aymara*
Jaqaru**
Kawki**

Año

Mara

Wata

Watya

Buscar

Thajaña

Thaja

Trhaja

Grande

Hachcha

Ajt'sa

Astr'a

Hervir

Huallakki

Aylliya

Qullaya

Hueso

Chchaka

Ts'aaka

Tr'aaka

Huevo

Kauna

Nuru

K'awna

Padre

Auqui

Tata

Tayta

Perro

Anu

Jallq'u

Ashara

Pequeño

Hiskka

Tyajsha

Tyasha

Sentarse

Kkuntaña

Uthnuqu

Shuk'nuqu

Tristeza

Phutisiña

Ñaki

Tyaqmaya

Venir

Hutaña

Ujta

Usta

*Traducción tomada de Folclore del norte
**Traducción realizada por la educadora tupina Neli Belleza Castro
 
     

 
     

Durante el apogeo y expansión wari, quienes imponían el aymara como idioma oficial, se supone que esta lengua abarcó una gran área geográfica, tal como lo muestran ciertos vocablos que existen en la región andina del Perú, así como la costa central y sur.

Posteriormente, el aymara desaparecería de casi todo el territorio del Perú actual (salvo en la región sur) debido a la caída de los waris, puesto que aún no se había enraizado completamente.

La región del sur del Perú, el este de Bolivia y el norte de Argentina y Chile se fue aimaranzado con el paso de los años, tanto así que este idioma se convirtió en la lengua general de los pueblos residentes en la meseta del Collao, en lo que antiguamente fue territorio tiahuanaquense. Tales afirmaciones se desprenden de los vocablos y topónimos existentes hoy en día en las regiones de los países nombrados.

Durante el periodo tahuantinsuyano, fue el más recio competidor del Runa Shimi en la parte sur del Imperio.

En la actualidad, esta lengua es hablada en las regiones altas de los departamentos de Moquegua y Tacna y casi todo el departamento de Puno (Perú) y La Paz (Bolivia), especialmente en los alrededores del lago Titicaca.

 
     

 
     

La palabra "kawki" quiere decir ¿donde? en todas las lenguas aru o jaqui.

Según documentos del siglo XVII, a los Llákwash, posibles hablantes del kawki y del jaqaru, se les encontraba en las regiones de Recuay, Ocros, Cajatambo, Checras y Canta, así como en Huachorichirí y Yauyos (lugares localizados entre Ancash y Lima)

Existen ciertos datos de Huamán Poma que enumera a los Llákwash entre los grupos que conformaban el reino de los Yauyos (región sur andina del actual departamento de Lima)

Actualmente se pueden hallar hablantes (¿?) del kawki en el pueblo de Cachuy, Provincia de Yauyos, ^Departamento de Lima, pero los hablantes de esta lengua son de edad avanzada por lo que está en proceso de extinción.

 
     

 
     

Esta voz deriva de dos palabras: jaqui = gente, y aru = hablar.

óricos sobre esta lengua son sumamente escasos: una "gramática" de 1876, por Sebastián Barranca, la mayor parte no reconocida por los hablantes actuales; en los estudios realizados por Tello, Max Uhle y Matos Mar hacen referencia a esta lengua, pero con la denominación de "kawki".

Entre los trabajos actuales destaca el elaborado por la profesora Neli Belleza Castro, originaria de Tupe, y quién es natural de esta comunidad.

Esta lengua aún es hablada por una grupo de personas del pueblo de Tupe, distrito de Lérida, provincia de Yauyos, departamento de Lima. La mayor de parte de la población es bilingüe, puesto que también hablan el castellano como segunda lengua.